Dos casos de despidos por disciminación debido a la orientación sexual se utilizan para crear un falso ambiente de persecución de los valores cristianos.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha rechazado este martes el último recurso
de Lillian Ladele y Gary McFarlane, dos ciudadanos británicos despedidos
de sus trabajos por discriminar a parejas del mismo sexo que
habían recurrido al alto tribunal europeo argumentando que fueron ellos
los discriminados por sus creencias cristianas. Ya en enero el alto
tribunal europeo había
dado la razón a la justicia británica, pero Ladele y McFarlane
habían apelado.
Se trata de dos procesos sobre los que llegaron a existir serios
temores, ya que en una hábil maniobra de imagen los recursos de Ladele y
McFarlane fueron presentados ante Estrasburgo junto a los de otras dos
personas despedidas por negarse a quitar un crucifijo del cuello durante
su horario de trabajo. Los cuatro casos, totalmente
independientes, fueron presentados de forma conjunta en un intento de
equipararlos y crear la sensación de que existe una persecución general
hacia los valores cristianos en Reino Unido. El prmer caso es el de Lilian Ladele,una funcionaria despedida por el Ayuntamiento de Islington (al norte de
Londres) al negarse a registrar uniones civiles entre personas del
mismo sexo. Dos tribunales de apelación desestimaron sendos recursos de
Ladele, al considerar que en el ejercicio de sus funciones como
servidora pública esta no podía negarse a atender a ningún ciudadano en
base a su orientación sexual. Ladele recurrió después a la Corte Suprema
del Reino Unido, que ni siquiera tomó el caso en consideración. El segundo caso es
el de Gary McFarlane, terapeuta sexual y de pareja, despedido por
la organización para la que trabajaba por negarse a prestar sus
servicios a parejas del mismo sexo. El juez de la Corte de Apelaciones
que denegó su recurso consideró que McFarlane tiene todo el derecho del
mundo a tener sus creencias, pero que en ningún caso el cumplimiento de
la ley puede ser supeditado a estas, y la legislación británica es clara
al respecto: negarse a prestar un servicio por razones de orientación
sexual es ilegal. Ladele y McFarlane recurrieron a Estrasburgo junto a Nadia Eweida y
Shirley Chaplin, la primera despedida por British Airways y la segunda
cambiada de puesto de trabajo por un hospital por no quererse quitar un
crucifijo del cuello, tal y como exigía la uniformidad de sus trabajos.
En enero, el alto tribunal europeo consideró que la justicia británica
actuó adecuadamente en el caso de Ladele y McFarlane al proteger el
derecho de las parejas del mismo sexo a no ser discriminadas por razones
de orientación sexual. Sobre los otros dos casos, el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos solamente dio la razón a Nadia Eweida.
Cuatro meses después, el tribunal ha rechazado la apelación final de los
demandantes, con lo que sus casos quedan definitivamente cerrados.
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