martes, 18 de junio de 2013

Dos casos de despidos por disciminación debido a la orientación sexual se utilizan para crear un falso ambiente de persecución de los valores cristianos.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha rechazado este martes el último recurso de Lillian Ladele y Gary McFarlane, dos ciudadanos británicos despedidos de sus trabajos por discriminar a parejas del mismo sexo que habían recurrido al alto tribunal europeo argumentando que fueron ellos los discriminados por sus creencias cristianas. Ya en enero el alto tribunal europeo había dado la razón a la justicia británica, pero Ladele y McFarlane habían apelado. 
 
   Se trata de dos procesos sobre los que llegaron a existir serios temores, ya que en una hábil maniobra de imagen los recursos de Ladele y McFarlane fueron presentados ante Estrasburgo junto a los de otras dos personas despedidas por negarse a quitar un crucifijo del cuello durante su horario de trabajo. Los cuatro casos, totalmente independientes, fueron presentados de forma conjunta en un intento de equipararlos y crear la sensación de que existe una persecución general hacia los valores cristianos en Reino Unido.
   El prmer caso es el de Lilian Ladele,una funcionaria despedida por el Ayuntamiento de Islington (al norte de Londres) al negarse a registrar uniones civiles entre personas del mismo sexo. Dos tribunales de apelación desestimaron sendos recursos de Ladele, al considerar que en el ejercicio de sus funciones como servidora pública esta no podía negarse a atender a ningún ciudadano en base a su orientación sexual. Ladele recurrió después a la Corte Suprema del Reino Unido, que ni siquiera tomó el caso en consideración.
El segundo caso es el de Gary McFarlane, terapeuta sexual y de pareja, despedido por la organización para la que trabajaba por negarse a prestar sus servicios a parejas del mismo sexo. El juez de la Corte de Apelaciones que denegó su recurso consideró que McFarlane tiene todo el derecho del mundo a tener sus creencias, pero que en ningún caso el cumplimiento de la ley puede ser supeditado a estas, y la legislación británica es clara al respecto: negarse a prestar un servicio por razones de orientación sexual es ilegal.
   Ladele y McFarlane recurrieron a Estrasburgo junto a Nadia Eweida y Shirley Chaplin, la primera despedida por British Airways y la segunda cambiada de puesto de trabajo por un hospital por no quererse quitar un crucifijo del cuello, tal y como exigía la uniformidad de sus trabajos. En enero, el alto tribunal europeo consideró que la justicia británica actuó adecuadamente en el caso de Ladele y McFarlane al proteger el derecho de las parejas del mismo sexo a no ser discriminadas por razones de orientación sexual. Sobre los otros dos casos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos solamente dio la razón a Nadia Eweida.
   Cuatro meses después, el tribunal ha rechazado la apelación final de los demandantes, con lo que sus casos quedan definitivamente cerrados.

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